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La falta de adaptación: principal causa de fracaso en la expatriación

Numerosos estudios sobre movilidad internacional señalan que alrededor de un 40% de las expatriaciones no culminan con éxito debido a la falta de adaptación del empleado o su familia. Así mismo, un 80% de los encuestados afirman que las empresas no brindaron el apoyo necesario para facilitar la adaptación de sus familias.

Por tanto, la etapa de adaptación (o ajuste) es la más sensible e importante para que las familias expatriadas se integren adecuadamente en su nuevo entorno. Este periodo puede resultar desafiante y abrumador de transitar y es posible que la realidad no se ajuste a las expectativas iniciales. 

Ser consciente de estos aspectos te permitirá plantear mejor tu proceso de adaptación. Para ello, te propongo un enfoque proactivo y sincero. ¡Vamos!

Etapas del proceso de expatriación: sé consciente de la etapa clave.

A la hora de hablar sobre cualquier proceso de adaptación, suelen identificarse varias etapas en las que el estado emocional sigue un recorrido similar al de una “montaña rusa”.

La etapa inicial, también llamada de “luna de miel”, se caracteriza por la euforia de la llegada y la intensa actividad relacionada con las cuestiones logísticas e inmediatas. Muchas empresas multinacionales ofrecen soporte a las familias expatriadas contratando los servicios de compañías de reubicación para trámites de inmigración, búsqueda de vivienda y colegio, así como gestiones del sistema sanitario.   

Una vez superada esta fase inicial, llega el choque cultural, y la familia afronta la realidad del cambio: haber dejado atrás su zona de confort y enfrentarse al reto de construir una nueva rutina que los acompañará durante varios años. En este momento, es posible que surjan obstáculos, incertidumbres y preocupaciones, acompañadas de necesidades y emociones difíciles de gestionar.

¿A qué médico acudo? ¡Todo es muy difícil, no conozco el idioma! ¡Veo a mi hija triste! ¿Qué hago yo aquí? ¡No tengo amigas! ¡Toda mi familia, menos yo, se reunió en casa de mi madre! 

Fuente: https://www.tielandtothailand.com/overcoming-culture-shock-thailand/1

Es entonces cuando la familia debe abordar la fase clave, aquella que va a determinar la evolución y el éxito de la experiencia como expatriados: el periodo de adaptación o ajuste. Y las encuestan reflejan que, en la mayoría de los casos, las familias enfrentan esta etapa sin apoyo significativo por parte de las empresas.

En este periodo se ponen a prueba las competencias, capacidades y habilidades de cada miembro de la familia para gestionar todo este enjambre de necesidades y emociones concentradas en un poco tiempo. Esta etapa se convierte, con toda probabilidad, en una de las más desafiantes, tanto a nivel individual como a nivel colectivo.

En este contexto, no siempre resulta fácil encontrar el camino de remontada, lo que podría dificultar una integración satisfactoria y derivar en la finalización prematura de la expatriación.

Un buen colegio o apartamento ayudan, pero no son la llave para una integración adecuada. He visto a más de una familia regresar antes de tiempo habiendo vivido en un precioso apartamento.

Por tanto, partamos de un punto claro: es completamente normal sentirse sobrepasada y vulnerable durante esta época tan retadora. Reconocerlo no te hace débil ni pesimista, todo lo contrario, es un signo de valentía y el primer paso para afrontar tu transición hacia la integración.

Idealización de la expatriación: “En seis meses estáis todos adaptados”

Siempre he tenido la sensación de que la expatriación está rodeada de una imagen de éxito garantizado. “Seguro que te va a ir fenomenal” “Ya verás como en seis meses ya todos estáis adaptados”…..¿Te resultan familiares estas frases? 

Existe la idea generalizada de que, tras unos pocos meses de lidiar con el cambio, las piezas del puzle se encajarán de manera natural y que, con el paso del tiempo como único aliado, llegará ese periodo de éxito y bienestar. 

En este mundo donde todo se etiqueta, la integración tiene sus propias etiquetas: #éxito, #rápido, #todosintegrados.

Aunque bienintencionada, esta visión no sólo es errónea, si no que subestima el esfuerzo y la dedicación necesarios para superar los desafíos e inconvenientes inherentes a la fase de adaptación. 

Además, crea unas expectativas rígidas de éxito, ignorando la posibilidad de contratiempos inesperados y aportando una carga adicional de culpa y frustración si los resultados no se ajustan a esas expectativas.

Por eso, ¡te propongo otro enfoque!

Cambia el enfoque: proactivo y sincero… #QuitaEtiquetas

Una vez que eres consciente de los aspectos mencionados, te invito a que asumas el control de tu curva de integración con un enfoque proactivo y sincero.

Proactivo, porque, sabiendo que te enfrentas a la etapa clave, te propongo trabajar en tu adaptación desde YA. No esperes a que aparezcan los primeros contratiempos ni delegues este proceso al paso del tiempo; toma las riendas, con dedicación y compromiso. Cuanto antes empieces, minimizarás el impacto del choque cultural y acelerarás “la remontada” hacia la integración. 

Sincero, porque la expatriación no es más que una experiencia de vida, y como tal pueden surgir inconvenientes no deseados o tomar un rumbo inesperado. No interiorices etiquetas dañinas que pueden generar culpa o frustración. Al contrario, te propongo
#QuitaEtiquetas. 

Te doy la bienvenida al primer post de The Expat Corner, un espacio cuyos valores se basan en este enfoque y cuya misión es orientarte y ayudarte durante tu proceso de adaptación.  

  1. ↩︎

1 Comment

  • Natalia
    Posted marzo 12, 2025 at 11:34 am

    Muy buen post, realista pero enfocando el asunto desde un punto de vista positivo.
    Fui expatriada en Chile durante casi 7 años, y me hubiera venido fenomenal tener este servicio allí.
    Estoy completamente de acuerdo en que “hay que trabajar” en la adaptación, ésta no viene sola y sin ningún esfuerzo.
    Seguro ayudarás a mucha gente, Paula!

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